Des de hace años, los experimentos entre la arquitectura y la impresión son a la orden del día. En esta línea y, a pesar de que la construcción de casas con impresoras 3D aún no es un hecho corriente y habitual en nuestro país, parece que será clave en un futuro.
¿Por qué?
- Acorta tiempo: En 2014, la empresa china Yingschuang New Materials Inc. construyó 10 casas de una sola habitación en 24 horas. Anteriormente, la Universidad del Sur de California ya realizó una construcción de más de 200 metros cuadrados y dos plantas en menos de un día utilizando las mismas técnicas que esta empresa china.
- Abarata costes: Las casas realizadas por Yingschuang New Materials Inc. sólo costaban 5.000 dólares por edificación.
- Son sostenibles: La tendencia generalizada en toda la profesión es ir hacia la arquitectura sostenible, y la arquitectura digital no se queda atrás. Por ejemplo, las 10 casas construidas en China en 2014 fueron realizadas con un material reciclado. Hedwig Heinsman, de Dus Arquitectos afirmaba, en una entrevista en The Guardian: “La industria de la construcción es una de las industrias más contaminantes e ineficientes que hay. Con la impresión en 3D hay cero residuos, reducción de los costes de transporte y todo puede ser fundido y reciclado. Esto podría revolucionar la forma en que hacemos nuestras ciudades “.
- Permiten la auto-construcción: en una sociedad cada vez más self-made y más personalizada poder realizar la casa a tu propio gusto está a la orden del día. Y esta técnica de construcción lo permite. Por ejemplo, en el pasado Beyond Building Barcelona (antiguo Construmat), el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña presentó la Wikihouse, una casa que se construye como una maqueta. Descargas los archivos de internet de forma abierta y accesible y en un laboratorio de fabricación digital, tallas y conviertes los patrones digitales en tu casa.
Pero como son estas impresoras 3D?
Para empezar, podemos decir que son gigantes: constan de dos brazos telescópicos unidos por una viga transversal que aloja el cabezal de impresión. Los brazos se mueven en el plano horizontal mediante guías, y en vertical mediante la grúa de cada brazo. Al cabezal llega directamente, desde la cimentadora, la mezcla que se depositará por capas en las zonas determinadas por el prototipo creado previamente por ordenador. Algunas impresoras trabajan con una mezcla de hormigón de secado rápido; otros, con una mezcla de plástico y fibra de madera.
Se pierden puestos de trabajo?
Pese es evidente que se pierden los puestos de trabajo de los peones tradicionales, también es cierto que estas impresoras no son capaces de remachar los acabados: se requiere de personal cualificado para la cimentación final de las piezas, la instalación de puertas y ventanas y la instalación de gas, agua y electricidad.
Parece o no parece el futuro? Puede que la construcción en 3D aunque sea un experimento, pero más pronto que tarde se convertirá en un hecho común en nuestras vidas. No estás de acuerdo?